El color de las banderas en la playa tiene más importancia de la que pudiera parecer. En realidad, son el mejor indicativo para conocer el estado del mar y su peligrosidad. Y, además, puede acarrear una fuerte sanción económica para aquellos que no las respeten.
Según la ordenanza municipal aprobada el año pasado, «se considerará muy grave adentrarse en el mar de forma temeraria cuando ondee la bandera roja», con multas que oscilan entre los 301 y los 1.500 euros,
Además, la legislación contempla como muy grave «las acciones que se realicen de forma consciente y deliberada, siempre que se produzca un daño grave», entre lo que entra bañarse con señal de prohibido y causar prejuicio a un tercero debido a ello. Por esta falta, el multado pagaría entre 1.501 y 3.000 euros.
Playas «vírgenes»
Para Durá, las playas que entran dentro del término municipal «no son peligrosas», pero su principal inconveniente es que «el viento de Levante provoca situaciones extrañas», además de que «al ser mar abierto, hay olas grandes y zonas con resaca».
A su juicio, el litoral ilicitano «tiene condiciones para que las playas sean muy buenas dentro de la provincia, pues son playas vírgenes, preciosas».
No hay comentarios:
Publicar un comentario