Las cabañuelas auguran un año seco
Hoy finalizan las cabañuelas, una tradición que se sigue conservando en el campo de Elche, consistente en predecir la meteorología del próximo año a partir de la observación del cielo. Según este método, que carece de todo rigor científico, tendremos un otoño con lluvias, pero sin abundancia y una primavera especialmente seca
POLÍTICA 24/8/2012
Las cabañuelas consisten en predecir el tiempo que hará durante el próximo año mediante la observación del cielo durante los 24 primeros días de agosto, prestando atención a aspectos como la nubosidad y la humedad. Su origen se remonta al antiguo imperio egipcio y hasta finales del siglo XIX y principios del XX era la única forma que tenían los agricultores para intentar predecir cuando habría lluvias y la época más conveniente para sembrar. Pese a que hoy contamos con tecnología que ofrece pronósticos precisos, algunos agricultores conservan esta tradición. Las cabañuelas tienen dos vueltas. La primera empieza el día 1 de agosto que correspondería al mes de agosto, el 2 a septiembre, y así, sucesivamente en orden ascendente hasta llegar a julio. En ese momento se inicia la segunda vuelta en orden descendente.
Las cabañuelas de este año han pronosticado un otoño con precipitaciones, aunque escasas, tal y como fue el del año pasado. Mientras que la primera será especialmente seca, según explica Vicente Bordonado.
Pese a carecer de rigor, siempre queda la curiosidad de comprobar si los pronósticos se cumplen, no obstante, afortunadamente, nuestros agricultores ya no dependen de ellos para salvar sus cosechas.
Las cabañuelas de este año han pronosticado un otoño con precipitaciones, aunque escasas, tal y como fue el del año pasado. Mientras que la primera será especialmente seca, según explica Vicente Bordonado.
Pese a carecer de rigor, siempre queda la curiosidad de comprobar si los pronósticos se cumplen, no obstante, afortunadamente, nuestros agricultores ya no dependen de ellos para salvar sus cosechas.
